Woody regresa con una nueva misión. |
Con Toy Story 3 (2010) parecía que un ciclo se estaba cerrando, y que la saga de los juguetes más famosa de la Historia del Cine había llegado a su fin. Sin embargo, algo en el interior de nosotros los fans nos decía que, en esta historia sobre la verdadera amistad, todavía hay mucha tela de donde cortar. Woody el sheriff (Tom Hanks excelente), y su mejor amigo, Buzz Lightyear (Tim Allen, también estupendo), el guerrero intergaláctico, todavía tienen cuerda de sobra.
Ha sido muy largo el camino recorrido desde aquel lejano 1995, cuando Woody nos desmostró que es el "amigo fiel" que todos quisiéramos tener, y que Buzz intentó llevarnos "al infinito y más allá". Su debut fue espectacular, y vaya que al ver Toy Story 4, el tardío (su estreno se pospuso cerca de dos años), pero sorpresivo regreso de los adorados juguetes, el paso del tiempo es evidente. Ver todos los filmes previos de corrido, es atestiguar 25 años de evolución en la cada vez más sofisticada técnica de animación de la Disney-Pixar; lo que en el 95 fue impresionante para los que vimos el filme por primera vez aquel año, ahora se mira con retro-nostalgia, al ver como, de movimientos no muy precisos en los personajes, algo robóticos y mecanizados, ahora, la cuarta película presume un impresionante foto-realismo que te deja con la quijada caída y los ojos desorbitados. Los juguetes lucen más reales que nunca, casi tan humanos como los dueños con quienes comparten su universo, en la forma ya no de Andy, el entrañable dueño de los juguetes, sino ahora de la pequeña Bonnie (voz de Madeleine McGraw). De hecho, esta cuarta película es la que tiene más personajes humanos de la franquicia.
La estafeta de la dirección ha pasado a Josh Cooley (quien ha hecho de todo en la Pixar, desde escritor de guiones hasta voz de personajes), y si en términos de dirección este filme no es precisamente superior a las anteriores entregas, el caso es que Toy Story 4 sigue cumpliendo magistralmente como un filme de acción, rescates, aventuras, y comedia, sin decepcionar en lo absoluto. Esencialmente nos cuenta lo mismo de siempre, es decir, Woody en misión para rescatar a un compañero en apuros, incluyendo el hecho de que en este universo juguetero, es tan difícil el dejar ir y renunciar a algo, como en el mundo de los humanos. Pero hay un par de temas nuevos, complejos y más profundos, que apenas habían sido tocados antes, como preguntarse si los juguetes tienen alma, y si en ellos también puede existir esa "voz interior" que nos guía siempre (es Buzz quien tiene las mejores bromas en este aspecto).
Si Toy Story 3 ya empezaba a pisar terrenos algo obscuros en sus historias, esta cuarta entrega, así como puede ser tan divertida y dulce, también tiene momentos escabrosos. Bonnie ha agregado a su querida colección de juguetes uno nuevo, Forky (voz de Tony Hale), el cual, durante un golpe de reciclaje creativo que tuvo durante su primer día en el kinder, creó con un tenedor desechable tomado de la basura, plastilina, un palo de paleta y mucha imaginación. Al ser de su propia creación, Forky se convertirá en el juguete más querido para Bonnie, con todo y tener los ojos disparejos, así como un impulso incontrolable de querer regresar al bote de basura.
Durante un viaje familiar, a donde, además de Woody y Buzz, también irán Jessie (Joan Cusack), Bull's Eye, Ham, Rex, el Sr. Cara de Papa (trabajo póstumo de Don Rickles, quien falleció a mitad de la producción), su esposa, Slynky Dog (me pregunto como el resorte de este perro salchicha luce intacto y en perfectas condiciones, después de todo lo que ha tenido que pasar en 3 filmes), Trixie, etc., Forky acaba prisionero de Gabby Gabby (Christina Hendricks), una antigua muñeca, y de su séquito de tenebrosos muñecos de ventrílocuo, dentro de una tienda de antigüedades.
Hay un verdaderamente sorpresivo regreso, Bo Beep (nuevamente voz de Annie Potts), aquella pastora de porcelana con la que Woody tuvo buena química en la primer película, y de la cual ya no supimos nada después (al inicio del filme sabremos qué pasó en todo este tiempo). Lejos ha quedado su apariencia de fina y dulce figura de adorno. Ahora regresa más atractiva, como una imponente y fuerte presencia femenina, rediseñada completamente para ser una especie de versión Disney de Charlize Theron en Mad Max (con más cabello, eso sí), con todo y un brazo roto, y conduciendo un coche de carreras reconstruido y disfrazado de zorrillo. Con sus tres ovejas, Bo Beep ha regresado para sacudir y mover el ya de por sí complicado mundo de Woody.
Forky tiene grandes momentos en los que amenaza con robarse el filme, al ser una suerte de Frankenstein descubriendo el mundo, a sí mismo, y su verdadero destino, no como basura, sino como el más valioso juguete de Bonnie. La más dura tarea de Woody, será tratar de convencerlo de ello. Buzz también tendrá sus propios problemas, con dos nuevos personajes de peluche, Ducky y Bunny (Keegan-Michael Hall y Jordan Peele, respectivamente), mientras que Keanu "John Wick" Reeves se agrega al elenco de voces, al dar mucha vida, bravura, y dosis de inseguridad a Duke Caboom, un motociclista de juguete con temerarios momentos en el tercer acto.
Quien no sienta un nudo en la garganta al final, tal vez tuvo que ver los tres primeros filmes antes. La serie de filmes de Toy Story es de esos pocos filmes que tocan tu alma, y esa cuerda emocional que todos llevamos dentro. Si hay otro gran tema ahora, es que por primera vez se aborda lo que verdaderamente es ser un juguete. Toy Story 4 es emocionante, divertida y conmovedora hasta la lágrima. Una verdadera joya.
⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️
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