UNOS NIÑOS MUY "ESPECIALES". |
Todos ellos viven bajo el resguardo de su guardiana-protectora, la Miss Peregrine del título (Eva Green, en su segunda película con Tim Burton, y una buena actuación), una "ymbrine", es decir, con la capacidad de manipular el tiempo y convertirse en un "halcón peregrino". Ella es la directora de la residencia-escuela-refugio en donde habitan estos niños, ubicada en la ficticia isla de Cairnholm, en Gales. Miss Peregrine tiene el típico look dark-gótico de otros personajes femeninos que hemos visto en filmes de Burton, incluyendo un peinado excéntrico. Gracias a sus habilidades, Miss Peregrine ha sido capaz de detener el tiempo, segundos antes de que el hogar fuera bombardeado por los nazis, logrando que el mismo día vuelva a empezar y repetirse, una y otra vez.
En la época actual, estas historias han sido contadas a Jake Portman (Asa Butterfield) desde niño por su abuelo, Abraham (Terence Stamp). Pronto tendrá oportunidad de vivirlas en carne propia, y confirmar que son ciertas. Luego de un trágico evento ocurrido cerca de su casa, provocado por unos monstruos, Jake deberá viajar junto a su padre (Chris O'Dowd) hasta el Reino Unido, para tratar de encontrar respuestas que ayuden a saber qué ha sucedido y quién está detrás de todo.
Adaptación de la novela homónima de Ransom Riggs, Miss Peregrine adolece de tener un inicio lento, y que avanza a pasos cortos. La historia está poblada de personajes interesantes, pero se siente poco original. Aquí hay un gran ejemplo de cómo sería un día en la vida de los X Men contado en la forma de "Groundhog Day". Los ingredientes de una típica película de Tim Burton están presentes: un niño protagonista enfrentado a otro mundo, fuerzas paranormales, excentricidad, freaks, monstruos, etc. Sin embargo, la historia carece de ese poder de succionarte y llevarte a esa dimensión burtoniana que tanto nos ha fascinado en sus mejores filmes. No nada más lucha durante sus primeros minutos por atraparte, sino que los personajes, si bien atractivos, no tienen el suficiente peso emocional para que te quedes con ellos durante toda la película.
Miss Peregrine se siente demasiado convencional para ser un filme de Tim Burton. Está "limpia" de todo lo que hacen sus películas memorables; del humor negro con el que están normalmente cargadas. Los monstruos que se alimentan de ojos sí resultan tenebrosos, mientras que Barron, el villano (Samuel L. Jackson, quien no siento como la mejor elección para este papel), transformado en un fenómeno debido a un experimento que salió mal, no es tan amenazante como debiera. Barron tiene un look a la Don King con ojos blancos y colmillos. No está muy claro lo que desea o quiere, dedicándose principalmente a atormentar a los niños usando a unos monstruos comeojos a su servicio. De hecho, Jake es el único que puede ver a los monstruos, ya que son invisibles a los ojos de los otros niños.
El filme carece de coherencia en ocasiones, especialmente al final, resultando algo enredosa. Miss Peregrine intenta -con algo de éxito- ser un cuento de hadas gótico, más o menos terrorífico, con uno que otro momento espectacular (como cuando Jake y Emma se sumergen en el océano, y ésta succiona aire para sacar a flote un enorme barco hundido), pero no es más que Tim Burton en neutral. Seguro estamos ante el nacimiento de una franquicia, con futuras secuelas. Pero también es casi seguro que Burton dejará el mando directorial a otros, dedicándose a la producción ejecutiva. Tal vez nada más estaba tentando el terreno aquí, nada más para probar y ver.
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