BUENOS COMPAS. Joey Morgan y Omar Chaparro. |
He visto a Eric Roberts en muchas malas películas, pero Compadres es quizás la peor, un desastre colosal en más de un sentido. Su idea: el choque cultural de dos personajes, "perdidos en traducción", acaba siendo desaprovechada en un guión terriblemente escrito y que desafía toda lógica narrativa. No me tragué en ningún momento su historia llena de clichés, una buddy movie que junta a un policía mexicano y un chico hacker norteamericano, cuya premisa jamás se aprovecha al máximo de su potencial. No hay mucha química entre los personajes, ni buenos gags, ni comicidad memorable, ni emoción, ni suspenso. Pero uno de los mayores problemas de este churro monumental (además del hecho de que Omar Chaparro tiene de actor lo que yo de químico nuclear), es la falta de unidad tonal de todo el asunto. Compadres quiere ser comedia, thriller de acción y road movie, sin que funcione por ningún lado. Al menos, Joey Morgan, el pelirrojo regordete, es quien se nota más aterrizado e instalado en su papel.
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