¡DIOS SALVE AL REY MACBETH ! Michael Fassbender y Marion Cotillard. |
Si contáramos las veces que el clásico de Shakespeare ha sido adaptado al cine y la televisión, los dedos de las manos no serían suficientes. Aunque quizás sean pocas las versiones que nos vienen a la mente de manera inmediata. Una de ellas, tal vez sería la adaptación de Roman Polanski (de 1971), de la cual esta nueva versión (dirigida por Justin Kursel) parece haber tomado su inspiración directa. Se siente así, especialmente, por su manera de filmar en locaciones reales, y darle así una ambientación más cruda, real, y atmosférica. Si algo llama la atención, es una verdadera intención de alejarse de un tratamiento clásico teatral, para darle uno más cinematográfico, sobretodo, en la manera en que los actores dicen sus diálogos. Es cierto, hay momentos en que nuestros oídos parecen vibrar con los actores recitando en modo de verso shakespereano, pero con una cualidad más natural, más suelta y relajada. La película cuenta en su reparto con un espectacular Michael Fassbender, encarnando al tiránico rey Macbeth, luciendo más como un Mel Gibson en Brave Heart, que como un limpio y reluciente Lawrence Olivier; así como a una inmejorable Marion Cotillard, como Lady Macbeth, su esposa. Cotillard está magnífica, y se las arregla excelentemente para decir sus diálogos como si por sus venas corriera sangre británica, con intensidad emocional, pasión (esa escena en donde reza en la capilla) y, claro, villanía. El resultado, es una versión que sobresale más por su poder visual, gracias a una magnífica dirección fotográfica de Adam Arkapaw, quien convierte los extraordinarios paisajes de la campiña escocesa en el mejor escenario posible para esta tragedia de Shakespeare, incluyendo unos actores que sobresalen por su intensidad, que por una narración interesante. Después de los primeros veinte minutos, la narración empieza a sentirse algo plana, sin suficiente profundidad emocional. La historia es más que conocida (si recordamos bien nuestros años escolares): Macbeth recibe la profética noticia, por parte de tres brujas, que está destinado a convertirse en rey de Escocia. Consumido por la obsesión y ansiedad, e impulsado por la ambición de su manipuladora esposa, Macbeth acaba asesinando al rey Duncan (David Thewlis), para así tomar posesión del trono. Fassbender y Cotillard forman una mancuerna actoral excepcional, con escenas en donde la tensión psicológica prevalece por encima de cualquier cosa.
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