AFILIATE AL CLUB. Jared Leto y Matthew McConaughey. |
Lo que hace el director canadiense, Jean Marc-Vallée (C.R.A.Z.Y.), con el material en sus manos es admirable. No nada más consigue una película sobre la carga emocional, social y psicológica que sobrelleva un enfermo de sida, sobre los excesos, la ignorancia y la paranoia que causó la aparición del virus, sino también cuestionar el sistema de salud estadounidense en esos años. Logra una crónica absorbente sobre la lucha de Ron por no caer vencido y conformarse. Los primeros 15-20 minutos no nos muestran cosa nueva que otros filmes sobre el tema no hayan mostrado. El filme verdaderamente despega al mostrarnos a un personaje que, en lugar de quedarse inconsciente en el suelo, torturado por los dolores de cabeza y poco a poco deteriorarse por su débil sistema inmunológico, empieza a investigar y a absorber toda la información sobre la enfermedad, sus síntomas y tratamientos. Desde ese momento será Ron VS la seguridad social, que se niega a darle las medicinas que necesita, y que esconde información sobre otros tratamientos.
La historia tiene un segundo despegue, cuando aparece en escena un Jared Leto completamente irreconocible (quien también ganó el Oscar a Mejor Actor de Reparto), interpretando a Rayon, un transexual que también es VIH positivo. Rayon une fuerzas con Ron en su batalla contra la enfermedad, justo cuando este último empiece a introducir drogas ilegales en E.U. desde México. Drogas que no han sido aprobadas por las autoridades sanitarias y farmacéuticas, pero que han probado ser efectivas en el tratamiento contra la enfermedad, prolongando la vida de los enfermos y mejorando su calidad de vida. Es aquí cuando vemos rescatado del olvido a Griffin Dune (An American Werewolf in London), interpretando a un doctor norteamericano trabajando clandestinamente en México, tratando pacientes con la enfermedad.
Si bien McConaughey está genial e inmejorable, es Jared Leto quien acaba robándose totalmente la película con su divertida, vital, intensa y dolorosa interpretación de Rayon, formando con Ron la improbable, pero no imposible, pareja de socios. Ambos consiguen levantar el "Dallas Buyers Club", una empresa riesgosa, ilegal, operando a nivel mundial y sin muchas dificultades a la luz del día, atendiendo largas filas de pacientes desahuciados (por una membresía de 400 dólares, los enfermos tienen derecho a toda la medicina que deseen). Leto sabe sacar a la luz una femineidad sorprendente (realmente parece mujer, con todo ese maquillaje y peluca), intrigante, y fascinante. A la ecuación se suma Jennifer Garner, como una doctora que se dará cuenta que, en efecto, algo no anda bien en el sistema de salud, que hay huecos, injusticias y, lo peor, corrupción de por medio. Una gran película, reveladora, e imprescindible.
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