domingo, 20 de julio de 2014

NEBRASKA * * * *



SACÁNDOSE LA LOTERIA. Will Forte y Bruce Dern.
Cualquier seguidor de la filmografía de Alexander Payne sabe que su sello personal son las road movies (quizás Citizen Ruth, Election y The Descendants sean las contadas excepciones). Nebraska no es nada más otra road movie en su filmografía, sino una excepcional. Es verdad, tenemos de nuevo a un grupo de personajes en un viaje por carretera, un destino definido, y en camino hacia el  descubrimiento de un Estados Unidos desconocido y el autoconocimiento.  Si hay algo diferente en la más reciente película de Payne, es que ha sido filmada en blanco y negro, lo que le da un look nostálgico y retro, como si hubiera sido filmada en los 1960s-1970s (el logo de la Paramount que abre el filme es la versión usada en esos años). 

El resultado es un filme independiente sumamente valiente y sin temor de lucir anticuado. Su dirección de fotografía está bellamente ejecutada por Phedon Papamichael. Como fondo, tenemos unos bellamente fotografiados paisajes rurales, muy a lo Gabriel Figueroa, con nubes dominando el cuadro. En general, la película es sumamente funcional gracias a su sencilla historia, bien narrada, y protagonizada por personajes notablemente construidos. Además, está magníficamente actuada, especialmente por el veterano y casi irreconocible Bruce Dern (nominado al Oscar y ganador de la Palma de Oro a Mejor Actor en Cannes), elegido por Payne -en tono de broma- por su enmarañado cabello. Lo cierto, es que Dern, ofrece algo más que una creíble apariencia desaliñada en el filme. Su interpretación de Woody Grant, un padre necio y obsesivo, es fenomenal. Woodie tiene un sólo objetivo en el filme: hacer un viaje de Billings, Montana, a Lincoln, Nebraska, para cobrar un premio de un millón de dólares, ofrecido por una revista.

Will Forte, más característico por sus trabajos en comedia (Saturday Night Live, en donde se inmortalizó con su creación de MacGruber), resulta también sorprendente. En su primer papel "serio", Forte interpreta a David, el más que complaciente y paciente hijo de Woody, quien trabaja como vendedor de “teatros en casa”, y decide llevar él mismo a su viejo hasta Lincoln. David tiene un doble objetivo con esto: es el único remedio para hacerle ver que el premio no se trata más que de un timo, y de paso, pasar un poco de tiempo juntos. 

El premio es como un "mcguffin", una excusa para que tanto padre e hijo emprendan un viaje en el que ambos desempolvarán su descuidada relación. Ambos tendrán oportunidad de acercarse, charlar, y ponerse al tanto en sus vidas. Para Woody será un viaje al pasado, cuando ambos tengan que hacer una escala en el pueblo donde creció y visitar a su familia. Suena más serio de lo que en realidad acaba siendo. La película tiene un humor agridulce, infalible, y gracioso a través del desaliñado Woody, quien se nos revela como un canijo y cínico viejo. Niega rotundamente su alcoholismo cada vez que David saca a la luz el tema, y descubre que quizás no fue un gran padre al final de todo. Woody es toda una creación, digna de verse y escucharse, de pocas pero bien elegidas palabras. 

June Squibb (quien trabajó con Payne en About Schmidt) está también excelente, como la esposa de Woody. La mujer es todo lo contrario a él, más despierta, dice todo lo que piensa sin reparo e impulsivamente, es dominante y presuntuosa. Al final, Nebraska sabe conmover sin un solo exceso sentimental. 

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