La premisa de esta pequeña delicia fílmica es una muy original. Paulette, dirigida por Jérôme Enrico, plantea la idea de cómo situaciones desesperadas, requieren ideas desesperadas. Una amargada, xenófoba y racista anciana, la Paulette del título (Bernardette LaFont, en su penúltima película antes de morir en 2013) decide convertirse en una traficante de drogas, usando un poco de creatividad. Con una pensión que no le deja mucho para vivir, y habilidades en la repostería, la anciana decide contactar a una peligrosa banda de traficantes de drogas en su vecindario, y vender droga usando sus propios medios. Sin embargo, cuando se da cuenta que con simplemente perseguir clientes potenciales en los pasillos y escaleras del metro no es suficiente, Paulette decide "integrar" la valiosa mercancia (cannabis, para ser exactos) como ingrediente de sus pasteles, galletas, y demás delicias azucaradas, para posteriormente venderlas.
Bernardette LaFont está excelente. La película es un thriller en clave desenfadada y cómica. Todo se irá complicando irremediablemente, y lo divertido es ver cómo en el camino de la anciana (hasta su mismo nieto le tiene miedo), irán apareciendo obstáculos casi inimaginables. El más complicado de sortear: su yerno, quien para colmo de Paulette no nada más es negro, sino un detective de policia. Lo mejor, es que la película no es como cualquier estúpida comedia Hollywoodense veraniega. Sino que estamos ante una historia en la que, al menos, es evidente que al director le interesa su personaje principal y su evolución. Carmen Maura forma parte del elenco, magnífica también como una de las amigas de Paulette.
REPOSTERIA PARA "VIAJAR". Bernardette LaFont como Paulette. |
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