martes, 11 de marzo de 2014

BLANCANIEVES * * * *


¡¡¡OLÉ MATAORA!!!  Macarena García como Blancanieves.

Pablo Berger (Torremolinos 73) ha afirmado en entrevista, que su idea de llevar a la pantalla una adaptación silente de Blanca Nieves, relato infantil de los hermanos Grimm, la tuvo mucho antes que The Artist (2011) fuera producida y estrenada. Ambas pertenecen a esa nueva ola monócroma de moderno cine silente en boga, en donde los realizadores se remontan al pasado, justo a los orígenes silentes del séptimo arte. A pesar de estar hechas en pleno siglo XXI, ambos filmes parecen producidos en los 1920s. Blancanieves es una personalísima reinterpretación del cuento clásico, instalándolo en la Sevilla  taurina de principios de siglo XX. La protagonista es una niña, Carmen (las revelaciones Sofia Oria, de niña, y Macarena García, de joven), quien ha sufrido una infancia llena de abusos y sufrimientos, al estilo Cenicienta. 

Luego de que su padre (Daniel Giménez Cacho), un famoso torero, acaba paralítico al ser embestido por un toro, y su madre fallezca durante el parto, Carmen es adoptada por su abuela "bailaora" (Angela Molina). Sin embargo, la niña, sin nadie más que un gallo como mascota, queda bajo el tutelaje de Encarna, su malvada madrastra (Maribel Verdú, guapa en un modo muy siniestro) -como si hubiera de otras en los cuentos infantiles-, prohibiéndole incluso que tenga contacto con su papá. 

Antes que Encarna pueda decir "Espejito, espejito ¿quien es la más bella?" el más sorpresivo giro de esta adaptación vendrá cuando Carmen decida, accidentalmente, convertirse en torera. En parte debido a que lo lleva en la sangre, y en parte porque los enanos del cuento no serán 7, sino 6 torero-cirqueros-ambulantes. Carmen se une a la troupe de enanos, y estos la bautizan como Blancanieves ("como la del cuento", dirá el de la idea). 

Lo que consigue Pablo Berger (quien afirma haber tomado la idea al ver una fotografía de enanos cirqueros, tomada por Cristina García Rodero), es un cuento obscuro y conmovedor al mismo tiempo, macabramente concebido y con mucho humor negro. La película es extremadamente original,  bellamente fotografiada y musicalizada con un furor implacable (el soundtrack tiene inspiración en el paso doble y hay música flamenca). Lo interesante, es su lectura feminista, que propone algo inusual en el mundo de la "fiesta brava": una mujer torera, una matadora, bella con su traje ajustado y cabello corto. El final no podría estar más lejos del que conocemos. Deja al espectador con un signo de interrogación dibujado en el rostro. Es algo Felliniano, y algo a lo David Lynch, cerrando con una imagen bella de un ojo cerrado llorando. 

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