BANANA KICK. Gael García Bernal y Diego Luna. |
De la dupla formada por los hermanos Cuarón, es Alfonso (Harry Potter and The Prisoner of Azkaban, Children of Men) el realizador más interesante, el de las ideas buenas y talento probado. A Carlos Cuarón, con su reciente y fallida Rudo y Cursi (2008), no le queda más que vivir bajo la sombra de su más talentoso hermano. La película trae de nuevo a esa otra dupla fílmica mexicana, Gael García y Diego Luna, en un inútil intento por hacerla tan funcional y con la misma química de Y tú Mamá También (película también de Alfonso), sin los mismos resultados. Es decir, ya no es más que la predecible intención comercial de explotar el nombre de los dos actores y nada más. Carlos no hace más que copiar el mismo y muy económico estilo de filmarlo todo con cámara portátil. Hay momentos en los que te sientes como en una especie de secuela de Y tu mamá... Lo cierto, es que en esta muy faustiana parodia del mundo del fútbol, instalada en México, poco o nada funciona. Desde esa monótona narración en off del diabólicamente misterioso agente deportivo (el argentino Guillermo Francella), hasta el mediocre guión, que cierra con un anti-climático partido de fútbol.
En resumen, un churro, orgullosamente echo y derecho; no muy gracioso ni con una historia interesante. Gael y Diego interpretan a dos hermanos, que viven en algún punto no identificable de la provincia mexicana, dedicados al negocio del plátano. Parece que ambos provienen de puntos separados e indefinidos del país, tan indefinidos como los ridículos acentos del cual echan mano. Cuando un busca talentos descubre que el "Cursi" (García Bernal) y el "Rudo" (Luna) tienen talento para el "balón-pie", ambos ven la oportunidad de sus vidas para salir de su pueblo y vivir en la gran capital. Sin embargo, la fama, la riqueza y el éxito repentino les caerá de peso. El "Cursi" con un deseo ridículo de convertirse en cantante; mientras que el "Rudo" será víctima del mundo de los casinos y apuestas. Cuarón debió suponer que esto le daría al filme un toque muy Hollywood. Como sea, el diseño de producción es más o menos aceptable, pero si busca un buen filme futbolero, olvídelo. Para estas parodias y melodramas sociales-soccerianos, los británicos son los maestros consumados.
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