Lo mejor de esta película, que se nota muy inspirada en Lionheart (1990), con Jean Claude Van Damme, es el sabor urbano que Dito Montiel, su realizador, supo imprimirle a cada milímetro de sus fotogramas. Mucha cámara en mano, sumergirse en los barrios bajos de Nueva York como escenario principal, son tan sólo algunas de las estrategias que sigue para contar una historia de peleas callejeras. Precisamente, es como aquellas películas que solían realizarse justo en la época en que Van Damme era la sensación del cine de artes marciales y peleas a puño limpio. Pero esos tiempos ya quedaron atrás. Tal vez un actor mucho más creíble en el papel principal que Channing Tatum, como Jason Statham con 10 años menos, hubiera sido una decisión de casting más apropiada. Como sea, Tatum resulta en todo momento efectivo, en su interpretación del tipo golpeado -en muchos sentidos- por la vida, duro, inexpresivo y que tiene que ganarse el pan vendiendo cosas chinas corrientes en la calle, libros pirata y demás basura. Su sorpresiva fuerza y talento para pelear serán identificados inmediatamente por un "agente", un caza talentos callejero interpretado por Terrence Howard, con esa facilidad que tiene para meterse en la piel de personajes con sabor gangsteril, que no nada más parecen vivir en el asfalto, sino masticarlo.
Las peleas son buenas, filmadas en locaciones reales, llenas de extras y los curiosos que se agreguen. Esto le da un realismo que beneficia al filme en todo momento. Sin embargo, a las pelea les falta la emoción, gracia y cuidado coreográfico que sí tenían, por ejemplo, las películas de Van Damme. Lo peor, es que no son de esas peleas que te tienen al borde del asiento, con el suspenso que cada golpe guarda. El par de protagónicos ofrece actuaciones muy decentes, encaminados a desarrollar una amistad tensa, complicada, marcada por la ganancia monetaria de las peleas y otros secretos que se irán develando. Lo malo, es que la historia no es lo suficientemente sólida, interesante y que te involucre con los personajes. El personaje de Tatum revela dos o tres cosas que ayudan a entender de dónde proviene su talento para pelear, pero como que no acaba aportando mucho a la historia central, ni a la secundaria en la relación sentimental que tiene con una chica latina (Zulay Henao). Con estos detalles del guión arreglados, se le hubiera perdonado a Tatum no ser Van Damme.
FIGHTING: Channing Tatum listo para demostrar que tiene punch. |
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