Un chico y un caballo forman una conmovedora amistad durante la Primera Guerra Mundial. |
Primera
película de Steven Spielberg ambientada en la Primera Guerra Mundial. Emily
Watson, una de sus protagonistas, la define como una “película de guerra para
niños”. Una definición no del todo equivocada, aunque en ocasiones la película
sea difícil de ver incluso para un publico infantil. Tiene escenas duras, como
la fue ver la muerte del caballo de Atreyu en “The NeverEnding Story” (1984),
que en mi niñez me provocó nudos en la garganta y ojos enrojecidos cada vez que
la veía. Es oportuno mencionar que el personaje principal de War Horse (2011),
con una nominación al Oscar como “Mejor Película”, es un caballo. Es una
apuesta riesgosa, una que nada más se llevaba a cabo en películas infantiles en
la época de oro de Hollywood, con Flickas y Lassies siendo la delicia de chicos
y grandes. Tal vez me falle la memoria, pero quizás The Black Stallion (1979)
sea una de las últimas grandes
películas protagonizadas por un caballo.
Joe es
el nombre del caballo en esta película. Para la filmación se usaron 5 caballos para
interpretarlo. Su odisea comienza justo desde que es un potrillo, en la campiña
británica de Devon, en donde capta de inmediato la atención y cariño de un
joven granjero, Albert (Jeremy Ervine). Cuando su padre (Peter Mullan) decida
comprarlo, apostando por ello todo su presupuesto y así intentar salvar su
granja, la aventura comenzará tanto para Joe como para Albert. El primero
deberá poner toda su fuerza equina para demostrar que puede trabajar duro en el
campo, y el segundo, para hacer ver a su padre y madre (Emily Watson) que puede
enseñarle a Joe las labores del campo. Cuando la primera gran guerra comienza, Albert
y el caballo deberán separarse, siendo para Joe el inicio de su carrera militar
en la caballería al ser comprado por un militar.
Esto
tan sólo es uno de tantos episodios en la a veces heroica, a veces trágica vida
de Joe. La película (basada en la novela de Michael Morpurgo, y que ya fue
llevada también al teatro) es, en parte, un espectacular homenaje al caballo
como instrumento de guerra, a su última participación en un conflicto bélico. Tiene
varios cambios de tono, bien intercalados, empezando primero como un fotogénico
western ambientado en Inglaterra, para luego convertirse en un tremendamente
bien ambientado filme de guerra. En este sentido, el filme tiene dos grandes
episodios: el primero en esa batalla sorpresa a caballo contra un campamento
alemán, donde Spielberg demuestra su genialidad en el manejo de la edición y
las elipsis (en una toma, un soldado a caballo mira una ametralladora
apuntándole, y en la siguiente, su caballo sigue sin él). En el segundo
episodio, la acción principal tiene lugar en las trincheras, donde tiene lugar
un encuentro improbable pero muy cinematográfico: un soldado británico y uno
alemán fraternizan por unos minutos, para salvar a Joe de un enredijo de
alambre de púas.
Si algo
no me gustó, no es algo que tenga que ver con la realización de Spielberg o
algún otro aspecto técnico. Tiene que ver con la extraña decisión de que
alemanes y franceses hablen inglés, algo que rompe con el realismo, que caracterizó a Spielberg previamente en
filmes históricos como “Amistad”, “Saving Private Ryan” y, en parte, “Schindler’s
List”. De todas formas, lo notable de la película es hacer que- como en otras
películas famosas sobre caballos-, que simpaticemos y nos involucremos con Joe,
quien llega a formar una entrañable amistad con un más imponente corcel negro.
Hay una escena trágica, que si no lo conmueve, tal vez esta película no sea
para usted.
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