Emily Browning y Julianna Margulies. |
Básicamente,
es la clásica historia del hotel embrujado, pero trasladada en altamar. Para
ser más específicos: “The Shining” se va al océano. El escenario es un
trasatlántico italiano, que se creía desaparecido desde 1962 en el Mar de
Bering. Un equipo de caza-tesoros, encabezado por un serio pero experimentado
capitán (Gabriel Byrne), se topa con el mentado barco 40 años después, en total
abandono. Cada rincón oxidado del barco tiene algo que contar sobre los
pasajeros desaparecidos. En general, la película de Steve Beck consigue crear
una cruda atmósfera, gracias al buen diseño de producción. Cada personaje
enfrenta distintas situaciones macabras a bordo, a los diferentes espíritus que
viven atrapados en el barco por una fuerza diabólica. Maureen (Juliana
Margulies), quien lleva el peso de la historia, tendrá en una niña fantasma
(Emily “Sucker Punch” Browning) a su aliada. La secuencia donde se nos revela
qué pasó realmente con los pasajeros, está bien dirigida, editada y con varias
vueltas de tuerca (lástima de la música de fondo). El problema, es que el final
acaba arruinándolo todo.
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