sábado, 13 de noviembre de 2010

KIRIKOU ET LES BÊTES SAUVAGES * * * 1/2

El pequeño Kirikou regresa con una genial idea para salvar a su aldea


Cuando parecía que la animación tradicional, cuadro por cuadro y dibujada "a mano" estaba condenada a la desaparición, llegan muestras como Kirikou y las Bestias Salvajes (Kirikou et les bêtes sauvages, 2005) dispuestas a demostrar lo contrario. Las posibilidades creativas de esta antigua técnica siguen siendo infinitas, y esta tardía secuela de Kirikou y la Hechicera (1998) no necesita ser tan elaborada y con complejos efectos visuales.

Dirigida nuevamente por Michel Ocelot, ahora haciendo equipo en la realización junto a Bénédicte Galup, el atractivo -obvia decirlo- sigue siendo el minúsculo personaje del título, Kirikou (ahora con la voz de Pierre-Ndoffé Sarr), suerte de Pulgarcito instalado en África, que tiene la capacidad de obrar milagros tan sólo con su optimismo. Kirikou es capaz de  levantar el ánimo de los habitantes de su aldea cuando las cosas amenazan con ir mal. Como en el anterior filme, la hechicera Karaba (voz de Awa Sene Sarr) tiene aterrorizada a la comunidad con un ejercito de criaturas de piedra, llamadas "fetiches".

La historia empieza prácticamente donde acabó la primera película (muy corta, según cuenta el abuelo de Kirikou), luego de la ayuda que Kirikou brindó a su aldea trayéndoles agua. El problema será ahora la falta de comida. Los aldeanos recurren a distintos medios, como la cosecha de vegetales, y cuando esto no funcione, pondrán manos a la obra e intentarán convertirse en improvisados alfareros, para vender sus productos, ganar dinero y comprar comida, gracias al impulso de Kirikou para luchar por su sobrevivencia.

Las películas están inspiradas en una antigua leyenda africana, que narra las aventuras de un niño de unos cuantos centímetros de estatura, hábil, inteligente, simpático y en especial, veloz. El mensaje sobre los prejuicios, la burla y discriminación hacia el tamaño físico, y por ende, al que es diferente, sigue vigente en esta nueva entrega. Otro punto a favor, es que sin ser tan espectacular visualmente hablando (como la anterior película), hay escenarios bellamente diseñados y con una clara influencia de la obra del pintor post-impresionista Rousseau.

Graciosa y sin otra pretensión que entretener, con partes impresionantes como la persecución de la hiena o el viaje sobre la jirafa, el problema de esta secuela es que no supera o iguala a su predecesora, que combinaba perfectamente el tono de leyenda con el divertimento familiar. En la primera película no hubo   necesidad de introducir a los torpes e inútiles fetiches robotizados, que aquí hacen un estorboso acto de presencia. Es una lástima también la corta y floja participación de la hechicera Karaba, la villana estrella, cuya magia negra aquí casi brilla por su ausencia.      


++Los extras del DVD incluyen el tráiler, "Kirikú en el colegio", "Kirikú en familia", "Ahora juega solo", ficha técnica y filmografías destacadas. No disponible aún en Blu-ray.

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