miércoles, 6 de febrero de 2008

CINESPAÑA: LA CAJA 507 * * * 1/2

De los más recientes largometrajes del realizador Enrique Urbizo (su último trabajo fue el telefilme Adivina quién soy/2006), La Caja 507 (España, 2002) va un poco más allá de la convencional heist movie (es decir, película de grandes robos) hollywoodense, con acción, efectos especiales, bombazos y disparos por doquier incluidos. La Caja 507 está en la línea de Heat (Michael Mann, 1995), espectacular heist movie que ponía en el mismo escenario a dos grandes actores, Robert De Niro y Al Pacino, en un duelo a muerte y actoral sumamente atractivo, a pesar de que en realidad compartieron apenas y una escena en pantalla.

La Caja 507, escrita por el mismo Urbizo y Michel Gaztambide, se arriesga al mezclar dentro de la fórmula genérica de Hollywood, una intrincada trama de suspenso, que no por adolecer de fuerza deja de agregar interés a la película. Con todo, me parece que la película funciona más dentro de su parte de melodrama familiar, la que más peso tiene en toda la historia. Aquí, dos notables actores del cine español, Antonio Resines y José Coronado, el primero interpretando a Modesto, director de un banco, que deberá enfrentar el robo a la sucursal donde trabaja y el tener a su esposa en coma en el hospital; mientras el segundo interpreta a Rafael, un corrupto ex policia convertido en un experto asesino, en búsqueda de los ladrones que asaltaron el banco, ya que estos han extraído de la bóveda (la caja 507 del título) unos documentos valiosos, y hará todo, incluso sacrificar a su atractiva novia (Goya Toledo), para recuperarlos.

Años atrás, Modesto y su esposa sufrieron la muerte de su hija en un incendio forestal, aparentemente, ocurrido a causa de la sequía y los fuertes vientos. Sin embargo, el robo al banco, que deja a su mujer en coma, llevarán a Modesto a reabrir el caso, traer a la memoria dolorosos recuerdos, y a sospechar que el incendio tal vez no fue un accidente provocado por la naturaleza.

Ni Antonio Resines, ni José Coronado se verán las caras hasta la última parte de la película, como ocurría con De Niro y Pacino en el mentado filme de Mann. Mientras eso sucede, vamos presenciando unas excelentes actuaciones por parte de los dos histriones, dejando patente la versatilidad que los caracteriza. Resines como un templado hombre, inquieto por los deseos de vengar tanto a su mujer como a su hija fallecida, aunque será José Coronado quien se robe el filme, con una fuerte presencia en pantalla en su frío, duro, detestable y vulgar ex policia.

La realización de Urbizo es sencilla, sin muchas complicaciones, sabe donde colocar la cámara para conseguir encuadres atractivos, sabe situar al espectador en el punto neurálgico de la acción (el asalto al banco es destacable). La decisión de Urbizo es cuidar más a su par de protagonistas masculinos y sacar las notables actuaciones que ofrecen. Al final, Urbizo no se resiste al happy-end, creo que no se siente cómodo con la violencia que dejó ver en todo su filme y le da a Modesto un pequeño y tranquilo momento de gloria, observando el horizonte en la playa. No es mucho pedir para él después de todo.

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