El británico Paul Greengrass, dirige de nuevo este filme sobre el amnésico espía, serie de adaptaciones de las novelas de espías escritas por Robert Ludlum. Las intenciones de Greengrass han sido conseguir una película rodada con un estilo realista, cámara en mano y que todo el tiempo se mueve nerviosa, casi pegada a los personajes; pero al mismo tiempo no abandona su condición de thriller de espionaje palomero de fin de semana.
El estilo visual del filme no es muy comercial. Greengrass repite su misma técnica realista empleada en la filmación de United 93 (2006), es decir, una cámara que se mueve mucho y empleando una fotografía de tonos apagados, visualmente desgastada y de grano visible. El guión insiste mucho en el traumático recuerdo que tortura a Bourne durante toda la película: su reclutamiento, por parte de un veterano jefe de la CIA (Albert Finney, en una pequeña participación), quien sin explicarle mucho lo convence para entrar a la corporación. Como rito iniciático, lo hace cometer un acto que resumirá el dilema del personaje en toda la trilogía: “¿Por qué mato bajo las órdenes de gente que no se mancha nunca las manos?”
Luego de descubrir que un periodista británico (Paddy Considine) está investigando los supuestos crímenes que ha cometido Bourne y sus antecedentes, este se da cuenta que el periodista ha dado con la pista de una misteriosa operación BlackBriar: un complot para asesinarlo. Esta vez, la persecución de Bourne está dirigida por uno de los altos mandos de la CIA (David Strathaim), quien recurrirá a la más experimentada Pamela Landy (Joan Allen) para tratar de dar con el ubicuo Jason, aquella atractiva investigadora que se encuentra persiguiéndolo desde la segunda película.
En su huída, Jason nos llevará en un parpadeo de Londres a Madrid, para luego saltar a Marruecos y de ahí a Nueva York. Descubriremos además que miembros de la CIA, en apariencia intachables, serán los infaltables traidores y corruptos, ensuciando el ya muy inestable nombre de la corporación, al tiempo que los “enemigos” de Bourne podrían ser amigos de mucha ayuda para él.
La primera parte de la película, corre el peligro de caer en lo rutinario, no es más que la persecución hecha por la CIA a través de cámaras de circuito cerrado. Aunque a partir de Marruecos, Greengrass nos situará en un emocionante thriller de espionaje (la persecución de autos en Nueva York vale la entrada al cine), cuya falta del toque romántico de los anteriores filmes lo compensa en acción, en una trama narrada con un buen ritmo y sin descanso. Ver también:
1 comentario:
lo que me llama la atemcion de la primera pelicula es que la personalidad de jason bourne es radicalmente cambiada, tambien se omite una parte importante del libro, como es la rivalidad con carlos...
pero de todos modos la triologia es realmente buena...
lamentablemente ludlum no podrá escribir la cuarta parte por que se murió 6 años atras...
una pena.
Publicar un comentario